El secreto de Agrupalmería para evitar la tuta y tener un tomate sano en primavera

Con la llegada de la primavera se incrementan las puestas de Tuta en la planta del tomate, siendo uno de los principales enemigos en la producción de este fruto

 

¡El tomate de Agrupalmería  de momento está a salvo! Si continúas leyendo podrás saber la clave para evitar la tuta y tener un tomate sano en primavera y en las mejores condiciones para consumirlo.

Qué es la Tuta y cómo afecta al tomate

La Tuta absoluta o polilla del tomate es posiblemente, junto al Vasates y la Mosca Blanca, la plaga más temida entre los agricultores. ¿Pero qué es la Tuta absoluta? La tuta es una polilla de pequeño tamaño, mide alrededor de 7 mm, que suele permanecer escondida entre las hojas de las plantas durante el día y comienza su actividad desde el atardecer al amanecer, ya que le gusta la oscuridad. Las pequeñas larvas de estas polillas producen bastante daño en la planta una vez que eclosionan los huevos y comienzan a alimentarse de néctar y savia.

La clave para prevenirla

El  principal enemigo natural de la Tuta, el chinche depredador Nesidiocoris Tenuis, ralentiza su ciclo en invierno, con la bajada de las temperaturas. El frío y la general menor incidencia de Tuta de la que alimentarse, disminuyen la capacidad reproductora de Nesidiocoris tenuis, pone menos huevos y las ninfas recién nacidas tardarán en eclosionar hasta dos meses.

Todo esto provoca que, al comienzo de la primavera, el cultivo de tomate no esté suficientemente protegido contra los primeros brotes de Tuta que surgirán con la llegada de las buenas temperaturas, ya que la población de Nesidiocoris será insuficiente para hacer frente a la aparición de la plaga. Para corregir esta situación, es necesario procurar una buena cantidad de puestas de huevos de Nesidiocoris durante el invierno o realizar nuevas sueltas al empezar el buen tiempo, pudiendo hacerlo con adultos directamente.

La clave, por tanto, para prevenir esta plaga, sería una alimentación extra de Nesidiocoris, con el fin de paliar los efectos del frío y garantizar la capacidad reproductiva de este enemigo natural de la Tuta. Teniendo claro el objetivo, expertos como Koppert, recomiendan llevar a cabo un programa de alimentación con Entofood, huevos de la polilla Ephestia kuehniella aplicados sobre las zonas más tiernas y que más luz reciben de las plantas de tomate. Si esto no fuese suficiente, se podrían hacer sueltas de individuos adultos, ya preparados para empezar a trabajar o usar la combinación de ambas estrategias.

Además de usar enemigos naturales como el Nesidiocoris, es fundamental que las estructuras no presenten agujeros para la entrada de adultos de Tuta que puedan seguir poniendo huevos y realizando su ciclo biológico. También, una vez que el Nesidiocoris haya salido de los tallos o restos de poda, es recomendable retirarlos fuera del invernadero si existen galerías de Tuta. Conviene destacar que  el retirar de la planta las hojas afectadas por galerías sin dejar a la planta desnuda si hay demasiadas,  y el introducirlas en bolsas, retirándolas al final de la jornada del invernadero, es una medida muy efectiva también para la bajada de población de Tuta. Si hemos retirado hojas con galerías,  a su vez, es conveniente que periódicamente fertilicemos con enraizante para que la planta no sufra el estrés producido por esas podas.

Si todavía tienes dudas sobre cómo cuidar de la mejor forma tus cultivos de tomate y otras hortalizas, los expertos y el Departamento Técnico de Agrupalmería te pueden ayudar.